La democracia boliviana ha tenido que enfrentar numerosos desafíos en los últimos años, pero ha contado con figuras como Óscar Hassenteufel, quien ha demostrado ser un verdadero referente de lo que significa ser un ciudadano comprometido con el Estado y el bien común.
Hassenteufel, quien lideró el Órgano Electoral Plurinacional en dos periodos de alta tensión (2002-2006 y 2021-2025), es elogiado por su labor en momentos clave para la democracia del país. Cuando la sociedad marginada se movilizó por la falta de documentos de identidad entre 2003 y 2005, Hassenteufel tuvo la valentía de reconocer que existían alrededor de 800.000 personas indocumentadas, lo que permitió canalizar apoyo para revertir esa situación antidemocrática.
Asimismo, su gestión fue determinante durante la transición electoral tras la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada en 2003 y en los primeros referéndums del siglo XXI, como los de Gas y Autonomías. Su solvencia, equilibrio y credibilidad fueron fundamentales para cerrar un ciclo electoral de renovación de los poderes Judicial, Legislativo y Ejecutivo.
El autor del texto, quien conoce de cerca la trayectoria de Hassenteufel, lo considera un "gran referente de lo que implica ser un ciudadano en democracia", haciendo alusión a la antigua Grecia, donde el ciudadano se entregaba totalmente al Estado, sin anteponer sus intereses personales.
"Personalmente recuerdo al Dr. Hassenteufel, cuando la sociedad marginada de ejercer derechos civiles y políticos, por falta de documentos de identidad, se movilizó entre el 2003 al 2005 bajo la denominación de 'movimiento de los indocumentados', y siendo presidente de la Corte Nacional Electoral, tuvo la templanza para reconocer que, en nuestro país, existían un estimado de 800.000 personas indocumentadas. Con ello se logró canalizar apoyo para revertir una situación enteramente antidemocrática", destaca el texto.
Más allá de los logros y hitos de su gestión, el autor resalta la entrega y el compromiso de Hassenteufel con el Estado y la democracia, incluso a costa de descuidar sus propios intereses e incluso su salud. "Se entregó totalmente al Estado, seguramente descuidando sus propios intereses e incluso su salud, por el bien de Bolivia y su democracia", concluye.
La figura de Óscar Hassenteufel se erige como un ejemplo a seguir para los ciudadanos bolivianos, demostrando que el ejercicio de la ciudadanía va más allá de los aspectos mecánicos, y que el compromiso y la entrega al bien común son fundamentales para fortalecer la democracia.
