Costa Rica se enfrenta a una nueva ronda de negociaciones con Estados Unidos por los aranceles impuestos a diversos productos del país en 2025. Después de un período de incertidumbre y retrasos debido al cierre del gobierno federal estadounidense, las partes esperan retomar las conversaciones en enero de 2026 para intentar llegar a un acuerdo.
El ministro de Comercio Exterior, Manuel Tovar, ha señalado que el proceso de negociación no debe apresurarse, sino que debe proceder con prudencia debido a la magnitud de las repercusiones para Costa Rica. Los aranceles, que inicialmente fueron del 10% y luego aumentaron al 15%, han generado preocupación en sectores como la industria alimentaria, que reporta dificultades para cerrar nuevos contratos.
Según Tovar, la negociación se ha visto afectada por diversos factores, como los procesos electorales y la presión inflacionaria, que han obligado a las partes a ir con cautela. Además, existe la incertidumbre sobre la judicialización de las tarifas, ya que un tribunal federal las declaró inválidas y ahora la Corte Suprema deberá pronunciarse.
A pesar de las dificultades, Costa Rica mantiene su posición de no acelerar los acuerdos, priorizando la prudencia. Mientras tanto, sectores como la industria alimentaria y los exportadores siguen de cerca la evolución de las negociaciones, conscientes de los potenciales impactos que los aranceles podrían tener en sus actividades.
