Ecuador se enfrenta a la posibilidad de sufrir otro año de apagones y una profunda crisis energética, a pesar de las promesas oficiales de resolver el problema. El país no ha logrado implementar una estrategia integral y sostenible para abordar el déficit de energía, que se prevé se agravará aún más en 2026.
La fuente revela que la promesa oficial de resolver el déficit energético en el país continúa siendo un gran pendiente. Lo que se vendió como un problema resuelto se ha convertido en un escándalo de contrataciones millonarias e irregulares que no han inyectado un solo kilovatio al sistema nacional, y que traba la gestión para resolver el déficit de energía.
Ante este escenario, vuelve a rondar el temor de que Ecuador no pueda soportar otro año de apagones si las medidas parches, que siempre se utilizan, no llegan a ser suficientes. La respuesta es clara: la economía nacional, que apenas este año ha comenzado a recuperarse del impacto devastador de los cortes eléctricos de 2024, no tiene margen para resistir una nueva crisis.
Es urgente que el gobierno ejecute una estrategia energética integral, elaborada con ética, transparencia y visión de largo plazo. Esto implica realizar inversiones serias en generación eléctrica, diversificar la matriz energética y manejar de manera honesta los recursos de los ecuatorianos.
El país no puede seguir arrancando año a año con la preocupación de cómo será la provisión de un servicio tan elemental como la electricidad. Cada día sin soluciones concretas es un día más de retroceso económico y pérdida de la confianza ciudadana.
Los expertos advierten que el déficit energético se agravará aún más en 2026, lo que podría desencadenar una crisis aún más profunda si no se toman medidas urgentes. El gobierno debe actuar con responsabilidad y transparencia para evitar que Ecuador se sumerja en una nueva ola de apagones que puedan tener un impacto devastador en la economía y la calidad de vida de los ciudadanos.










