Investigadores de la Universidad de Chile han logrado, a través de modificación genética, aumentar la cantidad de ácido lipoico, un potente antioxidante, en tomates. Esta innovación abre la puerta a una nueva generación de alimentos biofortificados que podrían reemplazar los suplementos.
El tomate es un fruto con múltiples beneficios para la salud, rico en antioxidantes, vitaminas, minerales y fibra. El equipo liderado por María Paz Covarrubias y Michael Handford ha conseguido demostrar que es posible potenciar aún más sus propiedades nutricionales.
Mediante la sobreexpresión del gen SlLIP1, responsable de la producción de la enzima lipoil sintasa, los investigadores lograron que los tomates Micro-Tom incrementaran drásticamente la cantidad de ácido lipoico, tanto en su forma libre como unido a proteínas.
El ácido lipoico es un antioxidante superior, soluble tanto en agua como en grasa, lo que le permite actuar en todo el organismo neutralizando los radicales libres. Además, tiene la capacidad de "reciclar" otros antioxidantes gastados, devolviéndoles su capacidad protectora.
Se le ha asociado a beneficios como estabilizar funciones cognitivas en pacientes con Alzheimer, combatir neuropatías en personas con diabetes y ralentizar el envejecimiento celular. Actualmente, muchas personas lo consumen en forma de suplementos, pero el objetivo de los científicos es incorporarlo directamente en la dieta diaria a través de alimentos biofortificados.
"La idea a futuro es que este tipo de beneficios pueda incorporarse directamente en alimentos de consumo cotidiano, sin necesidad de recurrir a suplementos", señaló Covarrubias.
Si bien en este estudio se utilizó la transgénesis como herramienta de descubrimiento, el equipo subraya que el futuro apunta a la edición génica, una tecnología más precisa y socialmente aceptada, que permite "editar" los genes propios de la planta sin introducir ADN externo.
"Existen muchos mitos en torno a los transgénicos, pero la evidencia científica acumulada demuestra que su consumo no genera efectos adversos en la salud humana", aclara Covarrubias.
Los tomates obtenidos en este estudio son modelos experimentales no destinados a la venta, pero los hallazgos demuestran que es posible mejorar la calidad nutricional de los alimentos desde su origen, abriendo la puerta a una nueva generación de superalimentos.











