La histerectomía es una cirugía que consiste en retirar el útero, ya sea de forma total o parcial. Esta intervención se realiza por diversas razones médicas, como sangrados vaginales abundantes, miomas, endometriosis, prolapsos uterinos y dolor pélvico crónico.
Existen tres formas principales de llevar a cabo una histerectomía:
1. Histerectomía abierta o convencional: Se realiza a través de un corte en el abdomen, también conocida como histerectomía por laparotomía.
2. Histerectomía laparoscópica: Implica un corte de un centímetro en el ombligo y otros tres de medio centímetro en la parte baja del abdomen. Esta opción tiene una recuperación más rápida, menor sangrado, menor posibilidad de infecciones y menos dolor postoperatorio.
3. Histerectomía vaginal: Se realiza a través de la vagina, sin dejar cicatrices visibles. Esta técnica suele ser más rápida y con una estancia hospitalaria más breve.
La elección de la técnica dependerá de factores como si la mujer ha tenido cirugías previas, el tamaño del útero y el diagnóstico que motiva la extirpación. En casos de miomas o tumoraciones muy grandes, o de cáncer, se requerirán cirugías más amplias.
La histerectomía, ya sea total o parcial, puede ir acompañada o no del retiro de uno o ambos ovarios. Es una cirugía que se realiza con frecuencia y que, en la mayoría de los casos, permite a las mujeres mejorar su calidad de vida al solucionar problemas de salud que afectaban su bienestar.
Es importante que las mujeres que se enfrentan a esta decisión médica se informen adecuadamente sobre los procedimientos, sus ventajas y posibles riesgos, para poder tomar una decisión informada junto a su equipo médico.











