Los organizadores recibieron este año la cifra récord de 10.000 candidaturas de 109 países para los Premios Nikon de Fotografía de Vida Silvestre. Entre los ganadores destacan imágenes de gorilas haciendo piruetas, zorros bailando breakdance y una ardilla con un peinado rebelde.
El concurso, creado en 2015 por el fotógrafo británico Paul Joynson-Hicks, tuvo su edición más concurrida este año. Los jueces tuvieron que elegir entre miles de fotografías impactantes capturadas en rincones remotos del planeta.
El premio al mejor retrato de un gorila fue para Mark Meth Cohn, quien pasó cuatro días recorriendo montañas cubiertas de niebla en Ruanda para encontrar a la familia Amahoro. Allí, uno de los jóvenes machos no paraba de hacer alarde de sus habilidades acrobáticas.
"Estaba dando piruetas, volteretas y patadas altas. Ver su actuación fue pura alegría", relató Cohn sobre el momento en que logró captar al gorila en plena exhibición.
En la categoría Junior, el ganador fue Grayson Bell, un joven fotógrafo de 16 años que sorprendió a los jueces con una imagen de dos ranas verdes que parecían estar "bautizándose" mutuamente en Maine, Estados Unidos.
Otro de los ganadores fue Paula Rustemeier, quien fotografió a un grupo de zorros rojos bailando breakdance en los Países Bajos. "Es imposible no reírse al ver a los zorros jugar con sus peculiares personalidades", dijo la joven fotógrafa.
La galería de imágenes ganadoras también incluye una ardilla gris con un peinado rebelde en Canadá, un colimbo de garganta roja mostrando su flexibilidad en Finlandia y una feroz águila marina de Steller que defiende su presa en la nieve de Japón.
Estos premios han demostrado una vez más que la naturaleza es un espectáculo constante lleno de momentos únicos e inesperados, que los fotógrafos de vida silvestre logran capturar con maestría.












