Eleonore de La Rochefoucauld, miembro de una de las casas nobiliarias más antiguas de Francia, ha encontrado su lugar en Dubái como una exitosa consultora de imagen de lujo. Lejos de la discreción tradicional de la aristocracia francesa, Eleonore ha abrazado los desafíos de reconstruir su vida en el emirato, asesorando a clientes de alto perfil y familias con legados.
Proveniente de una infancia entre el lujoso barrio parisino de los Campos Elíseos y la casa de campo familiar, Eleonore se identifica más con los valores y la mentalidad de su herencia aristocrática que con un título nobiliario. "La aristocracia no vive en castillos ni andamos cazando animales o yendo de una propiedad a otra", afirma. Para ella, la elegancia tiene más que ver con la intención que con el estatus.
Tras egresar del Istituto Marangoni de París, Eleonore armó una empresa de asesoría de imagen de lujo. Hace tres años, decidió reconstruir su vida en Dubái, una ciudad que "recompensa a quienes están dispuestos a reinventarse y no temen empezar de cero".
Asesorar a clientes con tradiciones tan diversas ha sido todo un reto para Eleonore, pero es algo que la apasiona. "Mi función es traducir sus objetivos en algo coherente, respetuoso y auténtico", explica. Utiliza un enfoque holístico que combina su bagaje cultural y experiencia en el mundo del lujo con herramientas como la radiestesia y el ThetaHealing.
Eleonore ha aprendido una nueva dimensión del refinamiento al estar rodeada de mujeres que expresan confianza y sofisticación de manera diferente a la europea. "Lujo, para mí, no es exceso, sino coherencia; y la discreción tiene un valor más sutil y poderoso que la ostentación", afirma.
Recientemente, Eleonore visitó Argentina, un país que la entusiasma por su riqueza cultural y la tradición ecuestre. "Los caballos me apasionan", dice la aristócrata, quien de niña pasaba horas montando y cuidando caballos. Ahora está recuperando esa pasión de su infancia.











