El municipio de Buenos Aires, en el departamento del Cauca, Colombia, fue escenario de un violento ataque perpetrado por las disidencias de las FARC lideradas por Iván Mordisco. En la madrugada del martes 16 de diciembre, un grupo de más de 500 disidentes rodeó el pueblo y lanzó una ofensiva que dejó graves destrozos y varios policías heridos.
La tranquilidad de la mañana se vio interrumpida por una serie de explosiones que sacudieron los cimientos de las casas de los habitantes. Según testigos, los disidentes utilizaron drones cargados con explosivos, cilindros bomba y otros artefactos para atacar la estación de Policía, el Banco Agrario, la Casa de Justicia y varias viviendas aledañas.
"Los momentos más duros fueron desde las 5:30 de la mañana hasta las 12:30 del mediodía. Todo fue duro. Eso fue cilindros, tatucos y drones cayendo uno detrás de otro", relató un subintendente de Policía que participó en la resistencia.
El comandante de la estación de Policía resultó gravemente herido tras el derrumbe de una de las paredes, mientras que otros 16 uniformados tuvieron que hacer frente a la arremetida de los disidentes. Según las autoridades, los atacantes contaban con un arsenal que incluía fusiles Barrett calibre .50, conocidos como "derribahelicópteros", y bloquearon los accesos al pueblo para evitar el apoyo de los refuerzos.
"Ellos (las disidencias) sabían que el refuerzo se iba a demorar porque nos dijeron que tenían el tiempo suficiente para el ataque", comentó una habitante del municipio.
Tras horas de intensos combates, la Policía y el Ejército lograron repeler el ataque, pero el saldo fue devastador. La estación de Policía, el Banco Agrario, la Casa de Justicia y varias viviendas quedaron prácticamente destruidas. Familias enteras tuvieron que refugiarse en sus casas o huir a zonas más seguras, mientras que algunos adultos mayores perdieron sus hogares.
El general Emilio Cardozo, comandante del Ejército, explicó que el mal tiempo y los bloqueos de las vías de acceso por parte de los disidentes retrasaron la llegada de los refuerzos militares. Según él, el ataque fue planeado meticulosamente por la estructura Jaime Martínez de las disidencias de las FARC.
Este violento episodio ha revivido los temores de la población colombiana ante el regreso de las tomas guerrilleras a sangre y fuego, algo que se creía superado. La pregunta que surge es qué fallas en la inteligencia militar y policial permitieron que un ataque de tal magnitud pudiera llevarse a cabo.
