La Comisión para el Mercado Financiero (CMF) aplicó una sanción de censura al expresidente del directorio de Clínica Las Condes (CLC), Alejandro Gil, y al exgerente general de la firma, Jerónimo García, por presentar una demanda a nombre de la clínica sin contar con el acta aprobada ni la autorización unánime del directorio.
La medida fue adoptada luego de que el consejo del regulador determinara que las personas sancionadas "ejecutaron un acuerdo de directorio, sin que el acta hubiese sido debidamente firmada por los directores asistentes a dicha sesión, lo que introduce un riesgo en el gobierno corporativo de la sociedad, al ejecutar decisiones institucionales sin el debido respaldo".
Según el documento de la CMF, el caso se remonta al 17 de mayo de 2021, cuando Gil y García presentaron una querella en contra del exgerente general de CLC, Fredy Jacial Ellis, por el presunto delito de administración desleal. Si bien esta acción estaba respaldada por el directorio de CLC el 13 de mayo de 2021, la formalización de este hecho no se acreditó en la forma que mandata la ley.
La CMF señaló que "no constó que el directorio autorizara ejecutar el acuerdo sin esperar la aprobación y firma del acta. Tampoco en la grabación de la sesión consta un acuerdo de esa naturaleza". Además, resaltó que "la conducta desplegada por el Sr. Alejandro Gil y el Sr. Jerónimo García no constituye un mero descuido administrativo, sino la ejecución de un acuerdo de directorio al margen del cumplimiento de las formalidades legales".
Cabe mencionar que la demanda contra Jacial fue sobreseída con condena en costas a CLC el 21 de septiembre de 2021, y que posteriormente, en mayo de 2022, Jacial presentó una querella por el delito de querella calumniosa.
Por otro lado, la actual administración de CLC, en la que participan Euroamérica y Clínica Indisa, anunció la semana pasada que encontraron irregularidades y algunas inconsistencias contables heredadas de la era Gil por casi $73 mil millones en menor patrimonio, y que preparan acciones judiciales por este motivo.
La sanción de la CMF se da en un contexto en el que el regulador no tenía antecedentes de este tipo de conducta por parte de Gil y García en los últimos cinco años.
