José Antonio Kast, presidente electo de Chile, buscó durante su reciente gira por Ecuador y Perú establecer una coordinación regional para abordar los temas de migración irregular y crimen organizado, que fueron prioridades en su campaña. Sin embargo, la idea de un "corredor humanitario" para facilitar el retorno de migrantes a sus países de origen generó rechazo y preocupación en los gobiernos de la región.
El viaje de Kast a Ecuador y Perú tenía como objetivo principal discutir estrategias conjuntas para combatir el crimen organizado y abordar la crisis migratoria que afecta a toda la región. En las reuniones con las autoridades de ambos países, el presidente electo chileno planteó la posibilidad de avanzar en un corredor humanitario que permitiera el retorno ordenado de los migrantes, principalmente venezolanos, a sus países de origen.
No obstante, esta propuesta no fue bien recibida por los gobiernos de Perú y Ecuador, quienes expresaron serias dudas sobre su viabilidad. Tanto en Lima como en Quito, las autoridades señalaron que mientras el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela no acepte el retorno de sus connacionales, la idea de un corredor humanitario es prácticamente inviable.
Además, los países de la región enfrentan desafíos logísticos y legales importantes, como la falta de un adecuado empadronamiento de los migrantes indocumentados, lo que dificultaría garantizar un trato digno y seguro durante el trayecto. Asimismo, existe el temor de que algunos migrantes puedan aprovechar esta vía para cometer delitos o facilitar el tráfico de personas.
En ese sentido, las cancillerías de Chile, Perú y Ecuador coinciden en que, si bien la idea de un corredor humanitario era una alternativa que despertaba interés, las circunstancias actuales la hacen prácticamente inviable. Por lo tanto, los esfuerzos se han concentrado más bien en coordinar acciones para controlar los flujos migratorios y reforzar la seguridad en las fronteras.
Kast, por su parte, habría manifestado su preocupación por el revuelo que generó la propuesta del corredor humanitario, ya que este no era el objetivo central de su gira. El presidente electo chileno buscaba enviar señales de tranquilidad a los países de la región y generar una acción coordinada para abordar los problemas de migración y crimen organizado, sin que se le percibiera como un "caudillo latinoamericano" que toma medidas unilaterales.
En definitiva, la idea de un corredor humanitario parece haber quedado en suspenso por el momento, mientras los países de la región priorizan el fortalecimiento de los controles fronterizos y la cooperación en materia de seguridad y gestión migratoria. El desafío para Kast y los demás mandatarios será encontrar soluciones regionales que permitan abordar estos complejos problemas de manera efectiva y respetuosa de los derechos humanos.
