El discurso del presidente electo José Antonio Kast, llamando a la moderación y a administrar un país en emergencia, y la visión de largo plazo impulsada por el presidente Gabriel Boric en el lanzamiento de las Estrategias Nacionales de Biotecnología y Tecnologías Cuánticas 2025 2035, instalan una aparente tensión entre la urgencia del presente y el desarrollo futuro.
Sin embargo, ambas miradas son necesarias y complementarias, según expertos. La ciencia y la tecnología deben responder a las crisis inmediatas sin descuidar el desarrollo de capacidades estratégicas a largo plazo. La evidencia muestra que los países que desincentivan la investigación ven caer su productividad, liderazgo tecnológico y capacidad de atraer inversión.
"La ciencia es una frontera que ningún país puede darse el lujo de cerrar, especialmente en un contexto global donde el talento y la innovación se han convertido en los principales diferenciales competitivos", afirma Pilar Parada Valdecantos, directora del Centro de Biotecnología de Sistemas de la Universidad Andrés Bello.
Chile necesita, según los expertos, continuidad, financiamiento estable y gobernanzas que sitúen el conocimiento científico en el centro de las políticas públicas. "No es ideología, sino racionalidad económica: un gobierno de emergencia debe resolver lo inmediato sin desarmar lo estratégico", agrega Parada.
Si la ciencia se convierte en una variable de ajuste, como un adorno de otro ministerio, Chile pierde capacidad de futuro. En cambio, si se posiciona como un pilar esencial, el país puede dar un salto que trascienda los ciclos políticos e impulse un desarrollo sostenible y competitivo.
