La compañía aérea Easyjet negó este domingo que una familia británica intentara embarcar a una anciana de 89 años fallecida en un avión que debía cubrir el trayecto entre el aeropuerto de Málaga-Costa del Sol, en el sur de España, y el de Londres-Gatwick.
Según la información proporcionada por la aerolínea, la mujer estaba viva cuando embarcó en el avión y el fallecimiento se produjo "después del embarque". Easyjet aseguró que se le permitió volar a la anciana porque tenía un certificado médico que la habilitaba para viajar en avión y contaba con la asistencia de personal médico durante el trayecto.
"Fue solo después de embarcar cuando necesitó asistencia médica y, lamentablemente, falleció", señalaron las fuentes de la compañía, quienes han ofrecido el "apoyo y la asistencia" de la aerolínea a la familia y amigos de la pasajera "en estos momentos tan difíciles".
De acuerdo con testigos, la mujer de 89 años fue ayudada a subir a bordo del avión por cinco de sus familiares, quienes le dijeron al personal de la aerolínea que ella no se encontraba bien y se había quedado dormida. Sin embargo, justo antes del despegue, la tripulación de cabina fue alertada del fallecimiento de la mujer y el avión, que había comenzado a rodar por la pista, tuvo que dar la vuelta y no despegar.
Algunos pasajeros relataron cómo el cuerpo de la anciana fue empujado en silla de ruedas hasta los asientos ocupados por la familia en la parte trasera del avión y levantado hasta su asiento, con la ayuda de cinco familiares. Afirmaron que al grupo solo se le había permitido subir al avión porque le dijeron a un empleado de embarque, que había cuestionado la aparente mala salud de la mujer, que "simplemente estaba cansada".
La aerolínea Easyjet ha afirmado que el bienestar de sus pasajeros y tripulación es siempre la máxima prioridad, y ha pedido comprensión a sus clientes en estas "circunstancias tan difíciles".











