La celebración de la Copa del Mundo 2026 en México, Estados Unidos y Canadá tendrá un impacto económico significativo, especialmente para las arcas gubernamentales mexicanas. Según los acuerdos firmados entre la FIFA y las autoridades locales, el gobierno federal y los estados sede deberán asumir una gran parte de los gastos de organización, incluyendo exenciones fiscales, infraestructura y servicios.
El Mundial se realizará del 11 de junio al 19 de julio del próximo año, con sedes en la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara. Si bien la FIFA obtendrá importantes ingresos por la venta de boletos y derechos de transmisión, serán los gobiernos quienes tendrán que cubrir buena parte de los costos.
De acuerdo a la información recabada, el Gobierno federal anunció apoyos extraordinarios de 2 mil millones de pesos para cada estado sede. Además, la Jefa de Gobierno de la CDMX, Clara Brugada, informó sobre la emisión de un Bono Verde por 3 mil millones de pesos para financiar obras de vialidad.
Por su parte, el Gobernador de Nuevo León, Samuel García, solicitó un endeudamiento de 14 mil 644 millones de pesos para 2026, aunque esta solicitud fue rechazada por el Congreso local. Aún se desconoce si se autorizará una cifra menor.
Los acuerdos de exención y colaboración entre los gobiernos y la FIFA no suelen ser públicos en su totalidad, pero se sabe que incluyen la exención de impuestos federales y locales para la FIFA y las empresas participantes. Esto representa una importante carga fiscal para las arcas públicas.
Expertos advierten que la organización del Mundial 2026 podría generar un endeudamiento significativo para los estados sede, comprometiendo recursos que podrían destinarse a otras áreas prioritarias como salud, educación o infraestructura. Sin embargo, las autoridades confían en que los beneficios económicos a largo plazo compensarán estos costos.
