Un grupo de seis países latinoamericanos, entre ellos Ecuador, suscribió una declaración que pide a Venezuela alcanzar "por medios pacíficos" el "reestablecimiento del orden democrático" y el "respeto irrestricto a los derechos humanos". La declaración, firmada al margen de la cumbre del Mercosur, fue debatida durante la reunión semestral del bloque en la ciudad brasileña de Foz de Iguazú.
Los países firmantes de la declaración son Argentina, Paraguay, Panamá, Bolivia, Ecuador y Perú. Ni Brasil ni Uruguay, los dos miembros del Mercosur con gobiernos de tendencia progresista, suscribieron el documento.
En el texto, los seis países expresaron su "profunda preocupación por la grave crisis migratoria, humanitaria y social en Venezuela" y exhortaron al gobierno de Nicolás Maduro a liberar de inmediato y garantizar el debido proceso legal, así como la integridad física, de todos los ciudadanos privados "arbitrariamente" de su libertad.
La declaración no hace alusión a Estados Unidos y su despliegue militar contra Venezuela, a diferencia de la postura defendida por el presidente argentino, Javier Milei, durante la cumbre. Milei saludó la presión militar de Estados Unidos contra Caracas, dirigida a "liberar el pueblo venezolano", e instó a sus socios en el Mercosur a hacer lo mismo.
En sentido opuesto, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, anfitrión de la cumbre, afirmó que una posible intervención militar en Venezuela sería una catástrofe y crearía un grave precedente para toda Sudamérica.
La declaración firmada por los seis países refleja la división existente en el Mercosur en torno a la crisis venezolana y la forma de abordarla. Mientras algunos defienden una posición más dura y de presión, otros abogan por una solución pacífica y diplomática.
