José Antonio Kast, el presidente electo de Chile, ha tenido una agenda intensa desde su contundente victoria en las elecciones del pasado domingo. Además de reunirse con el presidente Gabriel Boric y el mandatario argentino Javier Milei, Kast también se ha comunicado con la expresidenta Michelle Bachelet y ha comenzado a trabajar en la estructura de su futuro gobierno, que incluirá a diversas fuerzas de derecha.
En su segundo día como presidente electo, Kast viajó a Buenos Aires para encontrarse con Milei en la Casa Rosada. Los líderes de la extrema derecha mostraron su complicidad y posaron junto a la famosa motosierra del argentino, que representa los recortes económicos que ha impulsado. Kast explicó que buscarán "modelos que en alguna medida sean replicables en Chile", además de abordar temas como seguridad y control migratorio.
Por otro lado, Kast se reunió en La Moneda con Boric, acompañado de su asesor económico, Jorge Quiroz, quien podría ser el futuro ministro de Hacienda. Ambos líderes tuvieron una "conversación personal muy importante" y Kast agradeció a Boric por la oportunidad de conocer el funcionamiento del Estado y las situaciones más complejas que deberá abordar.
La expresidenta Bachelet también llamó a Kast para felicitarlo por su triunfo. El presidente electo sostuvo que se reunirá pronto con ella, posiblemente antes de Navidad, para analizar su candidatura a la Secretaría General de la ONU.
Consciente de las altas expectativas generadas durante su campaña, Kast advirtió que los resultados "no se verán al día siguiente" de su llegada a La Moneda y que enfrentarán "un año duro, muy duro" en lo económico. Su equipo también ha señalado que el cambio "no se va a terminar en 30 o 90 días" y que en algunos casos será "incluso doloroso".
Kast también ha sostenido conversaciones con varios mandatarios de la región para gestionar un corredor humanitario de devolución de migrantes en situación irregular, una de sus principales propuestas durante la campaña. Sin embargo, desde su triunfo, ha matizado su posición, reconociendo que no hay capacidad para expulsar a más de 300.000 personas de inmediato.
En paralelo, Kast ha comenzado a trabajar en la estructura de su futuro gobierno, buscando la unidad de las fuerzas de derecha que lo apoyaron en segunda vuelta, aunque ha aclarado que su aspiración no es formar una nueva coalición.












