El ministro de Relaciones Exteriores de Hungría, Péter Szijjártó, advirtió en una reunión de cancilleres de la Unión Europea en Bruselas que la confiscación de activos rusos congelados podría provocar "decenas o cientos de miles de víctimas adicionales" en la guerra de Ucrania.
Szijjártó afirmó que ese dinero "irá a armamento para Ucrania", lo cual, según él, contradice los intereses de su pueblo y aumenta el riesgo de escalada del conflicto. "No hemos visto este nivel de riesgo en los últimos dos o tres años", alertó.
El ministro húngaro subrayó que una guerra entre Europa y Rusia tendría "consecuencias devastadoras" para el bloque comunitario. Esta posición encuentra eco en las reservas de países como Bélgica, sede del depósito mayoritario de esos activos, que teme por la estabilidad del euro y posibles represalias.
Analistas como el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ya habían calificado previamente cualquier confiscación como un "acto equivalente a una declaración de guerra".
Mientras tanto, la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, admitió las dificultades para lograr un consenso sobre este tema, buscando ahora una aprobación por mayoría cualificada. Por su parte, Moscú ha declarado que cualquier confiscación sería un "acto de robo" y que ya tiene preparadas medidas de respuesta proporcionales.
La propuesta de confiscar los activos rusos congelados en la UE ha generado un intenso debate, con Hungría liderando la oposición y advirtiendo sobre las graves consecuencias que podría tener esta medida. Mientras algunos países ven en ella una forma de financiar la ayuda a Ucrania, otros temen por la estabilidad económica y las posibles represalias de Rusia. Con la falta de consenso, la jefa de la diplomacia europea busca ahora una aprobación por mayoría cualificada, lo que refleja la complejidad y las tensiones que rodean este delicado asunto.
