En un discurso a la nación, el presidente electo de Chile, José Antonio Kast, asumió hoy su cargo con un mensaje claro: recuperar la "tranquilidad y el orden" en el país, lo que incluye endurecer las políticas migratorias.
Kast, un político de extrema derecha, ganó las elecciones presidenciales chilenas en una campaña marcada por sus posturas antiinmigración y su defensa de un Estado fuerte que ponga fin a la "inseguridad" que, según él, aqueja al país.
En su discurso inaugural, el nuevo mandatario reiteró sus amenazas contra los migrantes, a quienes culpó de gran parte de los problemas de seguridad que enfrenta Chile. "Vamos a recuperar la tranquilidad y el orden que merecen todos los chilenos", aseguró Kast, quien prometió endurecer los controles migratorios y deportar a quienes no cuenten con los permisos correspondientes.
La llegada de Kast al poder representa un giro radical en la política chilena, que hasta ahora se había caracterizado por gobiernos de centroizquierda y centro. El triunfo del ultraderechista se produjo en medio de un clima de creciente polarización y descontento social en el país, factores que Kast supo capitalizar en su campaña.
Durante su mandato, el nuevo presidente también ha prometido impulsar una agenda conservadora en temas como el aborto y los derechos LGBTQ+, lo que ha generado preocupación entre los sectores progresistas de la sociedad chilena.
Los analistas advierten que la presidencia de Kast podría profundizar las divisiones políticas y sociales en Chile, en un momento en que el país atraviesa una delicada situación económica y social, agravada por los efectos de la pandemia de COVID-19.
