El conflicto ancestral entre los municipios de Nahualá y Santa Catarina Ixtahuacán, en el departamento de Sololá, Guatemala, ha escalado nuevamente a niveles de violencia que han dejado un saldo trágico de 6 personas muertas y varios desaparecidos. Este enfrentamiento, que tiene sus raíces en disputas territoriales y diferencias étnicas que se remontan a la época colonial, ha sido incapaz de resolverse a través de las mesas de diálogo instaladas por el gobierno actual.
Según los reportes, los enfrentamientos comenzaron cuando los habitantes de ambos municipios se enfrentaron a balazos y con armas blancas, dejando un número indeterminado de víctimas. El alcalde de Nahualá solicitó la intervención del ejército, mientras que el funcionario de Ixtahuacán denunció que su municipio fue atacado por hombres fuertemente armados. Ante esta situación, los vecinos de ambas localidades han comenzado a bloquear la carretera a Occidente en señal de protesta.
El conflicto entre Nahualá, de 60 mil habitantes, y Santa Catarina Ixtahuacán, de 48 mil, es un lamentable ejemplo de la separación entre las etnias quiché y mam, respectivamente. A lo largo de los siglos, esta disputa ha cobrado un número incalculable de vidas, y los intentos de resolverlo mediante mesas de diálogo han fracasado debido a la falta de voluntad de las partes y la ausencia de plazos definidos para llegar a un acuerdo.
Expertos señalan que, para evitar que se repitan tragedias como la ocurrida en Totonicapán en 2012, cuando 6 personas murieron y 31 resultaron heridas durante un enfrentamiento entre civiles, policías y soldados, es necesario que el Estado guatemalteco tome medidas urgentes y efectivas para resolver este conflicto. Además, advierten sobre la posible participación del narcotráfico en la escalada de violencia, lo que complicaría aún más la situación.
Las autoridades deben actuar con cautela y sensibilidad para evitar que la confrontación se agrave aún más durante las próximas fiestas navideñas, cuando las familias de las víctimas sufrirán un doloroso luto. Los historiadores y expertos en resolución de conflictos tienen un papel fundamental en este proceso, ya que es necesario comprender los orígenes de esta disputa para poder encontrar una solución duradera y pacífica.
