El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de 79 años, ha vuelto a hacer polémicos comentarios contra los inmigrantes, retomando el uso del término "países de mierda" que había utilizado durante su primer mandato y pidiendo una "migración inversa" que expulse a extranjeros considerados incapaces de adaptarse.
Durante un mitin en Pensilvania, el mandatario republicano despotricó abiertamente contra los inmigrantes, diciendo que "siempre aceptamos gente de Somalia" y que esos "lugares son un desastre, sucios, asquerosos, repugnantes, plagados de delincuencia". Recientemente, también había calificado a los inmigrantes somalíes de "basura".
Estas declaraciones, que han sido criticadas por políticos demócratas como "una prueba más de su agenda racista y antiinmigración", se enmarcan en una campaña de deportación generalizada y brutal lanzada por la administración Trump, que también ha suspendido los procesos de solicitud de residencia y ciudadanía de migrantes de 19 de los países más pobres del planeta.
Al mismo tiempo, el presidente ha ordenado admitir a agricultores sudafricanos blancos en Estados Unidos, alegando que eran objeto de persecución.
Expertos han señalado que este tipo de retórica antiinmigrante ha prosperado desde hace tiempo en la extrema derecha, pero ahora sale "directamente de la Casa Blanca", convirtiéndose en el "mayor megáfono" en la política estadounidense.
Durante la campaña electoral de 2023, Trump ya había dicho que los inmigrantes estaban "envenenando la sangre" de Estados Unidos, una declaración que generó comparaciones con el dictador nazi Adolf Hitler.
Ahora de vuelta en el poder, el mandatario ha recurrido a su red Truth Social para pedir una "migración inversa", una noción desarrollada por teóricos europeos de extrema derecha que se refiere a la expulsión masiva de extranjeros considerados incapaces de adaptarse.
Muchos expertos también han observado en las ideas de Trump y su entorno ecos de la corriente "nativista" de los años 1920 en Estados Unidos, según la cual la identidad estadounidense sería ante todo blanca, anglosajona y protestante.
Según el asesor principal de la Casa Blanca, Stephen Miller, "esta es la gran mentira de la migración masiva. No se trata solo de importar individuos, sino de importar sociedades... A gran escala, los migrantes y sus descendientes recrean las condiciones y los terrores de sus patrias destrozadas".












