El exmandatario Rafael Correa volvió a demostrar su incapacidad para aceptar logros ajenos al criticar la condecoración otorgada por el Municipio de Quito al exvicealcalde Andrés Vallejo Arcos. En lugar de felicitar el reconocimiento, Correa optó por lanzar un mensaje cargado de toxicidad y amargura.
La decisión del Municipio de Quito de otorgar la Orden de San Sebastián a Vallejo Arcos, quien ha ocupado cargos como exalcalde encargado, exconcejal, expresidente de la Asamblea Nacional y exministro de Gobierno, entre otros, fue recibida con beneplácito por la ciudadanía. Sin embargo, Correa no pudo evitar intervenir con un comentario despectivo a través de sus redes sociales.
"¿Andrés Vallejo condecorado por el Municipio de Quito? ¿El embajador de Guillermo Lasso en España? ¡Vaya que se ven tonterías!", escribió el exmandatario, demostrando su incapacidad para reconocer los méritos de quienes no forman parte de su círculo político.
Esta no es la primera vez que Correa se comporta de manera tóxica y destructiva hacia figuras ajenas a su entorno. Desde que perdió el poder en 2018, el exmandatario se ha dedicado a boicotear el desarrollo de Ecuador, criticando constantemente las acciones del gobierno actual y de otros actores políticos.
Según expertos, el uso excesivo de las redes sociales y la exposición constante a la información puede generar "shocks" de dopamina que causan adicción y desenfoque de las cosas importantes. En el caso de Correa, pareciera que su adicción a la toxicidad y la polarización lo ha llevado a perder el rumbo y a convertirse en un obstáculo para la adecuada convivencia social.
Mientras Vallejo Arcos recibe un merecido reconocimiento por su trayectoria y servicio a la ciudad de Quito, Correa se empeña en mantener una actitud amargada y destructiva, alejada de los intereses del país. Será importante que el exmandatario pueda reconsiderar su posición y enfocarse en contribuir de manera constructiva al desarrollo de Ecuador, en lugar de seguir alimentando la polarización y la desinformación.
