La decisión judicial que dejó en libertad al exministro de Gobierno Eduardo Del Castillo provocó reacciones inmediatas en sectores que fueron perseguidos durante su gestión. Una de las más duras y a la vez cargada de ironía llegó desde Resistencia Juvenil Cochala, a través de su activista Yassir Molina, quien fue aprehendido en 2021 por hechos vinculados a las movilizaciones de 2019 contra el fraude electoral.
Molina, en una entrevista con el programa Otra Noche del Grupo EL DEBER, afirmó que la liberación de Del Castillo no significa impunidad y anunció que se preparan denuncias por torturas, vejámenes y persecución política ocurridas según dijo durante los años en los que el exministro controló la Policía y la seguridad interna del país. "No se puede escribir con la mano y borrar con el codo. Vamos a denunciar con elementos probatorios, de manera responsable", sostuvo.
Consultado sobre la decisión judicial, Molina señaló que, en este caso concreto, la autoridad actuó conforme a derecho, al no existir elementos suficientes para sostener la detención por obstrucción policial. Atribuyó esa determinación a un cambio de rumbo en la justicia, impulsado dijo por instructivas del Tribunal Supremo de Justicia orientadas al descongestionamiento carcelario y al respeto de los plazos de la detención preventiva.
"Hoy no solo hablamos de figuras políticas. Más del 65% de las personas privadas de libertad estaban con detención preventiva excesiva. Eso también es justicia", afirmó.
Molina evitó fijar plazos para presentar las acciones legales contra Del Castillo, pero fue enfático en que existe materia justiciable y que las denuncias se formalizarán ante el Ministerio Público con pruebas documentales y testificales. "No se puede denunciar entre gallos y medianoche. Tiene que ser un trabajo serio", explicó.
Recordó que durante los últimos años priorizó resolver su propia situación legal, incluida una revisión extraordinaria de sentencia, antes de avanzar en procesos contra quienes según su versión ordenaron su persecución. Actualmente, Molina se encuentra con libertad condicional, tras haber cumplido dos terceras partes de su condena, y ejerce como abogado en la jurisdicción de Oruro.
El activista relató episodios que calificó como tortura y trato cruel, entre ellos traslados con decenas de custodios, restricciones de alimentos y agua, encadenamientos y prohibiciones de comunicación con su familia. Mencionó también el caso de Mario Bascopé, a quien atribuyó graves lesiones físicas durante su reclusión y cuya liberación dijo estar gestionando.
"La justicia ya no está siendo instrumentalizada. Yo no fui indultado; cumplí mi condena. Eso demuestra que el sistema está cambiando", afirmó, al tiempo de pedir paciencia a quienes aún se consideran presos políticos.
Al final de la entrevista, Molina lanzó el mensaje más polémico y con evidente ironía dirigido al exministro que, según él, lideró su persecución: "Yo le agradecería por haber enterrado al Movimiento Al Socialismo. Gracias por haber dejado de instrumentalizar la justicia. A pesar de todo el daño, hoy tengo a mi esposa y a mi hija. La justicia tarda, pero llega".
Añadió que Del Castillo debe someterse a la justicia y permanecer en el país si asegura no tener nada que ocultar. "Que espere las notificaciones. No solo yo, otros también vamos a denunciar", advirtió.
Molina fue aprehendido en 2021 por hechos relacionados con las protestas de 2019, cuando Evo Morales buscó un cuarto mandato consecutivo. Recuperó su libertad en septiembre de este año. Tras la aprehensión reciente de Del Castillo, el activista difundió videos en redes sociales en los que sostuvo que "todo lo que se hace, se paga", aunque aclaró que no se alegra por el sufrimiento de la familia del exministro.
"Sé lo que se siente. Lo viví en carne propia. Por eso no celebro, pero sí digo que es momento de que se investigue todo lo que ocurrió", concluyó.
La liberación de Del Castillo, lejos de cerrar el capítulo, parece haber reabierto un frente de denuncias que apunta a los años más duros de la judicialización de la política en Bolivia.
