Heidi Fleiss, conocida como la "Madama de Hollywood", fue una de las figuras más polémicas y notorias de la industria del sexo en la década de los 90. Su ascenso y caída fueron meteóricos, marcados por un negocio de prostitución de lujo, drogas y conexiones con celebridades, políticos y empresarios poderosos.
Fleiss, hija de una maestra y un pediatra respetado, se destacó desde joven por su personalidad ambiciosa y su capacidad de conseguir lo que se proponía. A los 19 años, se relacionó con el financista Bernard Cornfeld, quien la introdujo en el mundo de la alta sociedad y la farándula de Hollywood. Poco después, conoció a Madame Alex, una reconocida proxeneta, y se convirtió en su asistente, aprendiendo los secretos del oficio.
Muy pronto, Fleiss montó su propio negocio de prostitución de élite, ofreciendo a sus clientes vips un servicio exclusivo y discrecional. Llegó a ganar fortunas, viviendo en una lujosa mansión y regentando un club nocturno junto a su amiga Victoria Sellers. Sin embargo, su éxito y ostentación llamaron la atención de las autoridades.
En 1993, el FBI tendió una trampa a Fleiss, arrestándola por proxenetismo, tráfico de drogas y evasión fiscal. Durante el juicio, se reveló que entre sus clientes se encontraban celebridades, políticos y empresarios poderosos, aunque Fleiss se negó a revelar sus nombres. Pasó 20 meses en prisión, y su negocio se derrumbó.
Después de su liberación, Fleiss intentó reinventarse, montando diversos negocios y participando en programas de televisión. Sin embargo, su pasado la persiguió, y su relación con el actor Tom Sizemore terminó en una denuncia por violencia doméstica.
Hoy, a los 60 años, Fleiss vive alejada de los reflectores, dedicada al cuidado de una gran cantidad de loros y cotorras en un rancho de California. Su historia se convirtió en un símbolo del poder, la ambición y los excesos de la industria del sexo en Hollywood, y su nombre sigue evocando el misterio y la fascinación que rodearon su meteórico ascenso y caída.
