En los siete meses que lleva en funciones la Asamblea Nacional 2025-2029, instalada el 14 de mayo de 2025, la dinámica legislativa ha estado marcada por una serie de desafíos que han puesto en jaque el normal funcionamiento del Legislativo.
Por un lado, la Asamblea se ha visto abrumada por la tramitación acelerada de leyes enviadas por el Ejecutivo bajo la figura de "urgencia económica", dejando de lado la agenda parlamentaria propia, compuesta por unos 50 proyectos para sus dos primeros años. Esta situación ha generado malestar entre los legisladores, quienes denuncian que su labor se ha visto relegada a un segundo plano.
Sumado a ello, la Asamblea Nacional ha enfrentado una serie de escándalos internos que han alterado su funcionamiento regular. Estos incidentes han generado un clima de inestabilidad y han puesto en tela de juicio la capacidad del Legislativo para cumplir con sus funciones de manera efectiva.
"La agenda parlamentaria presentada por el presidente de la Asamblea, Niels Olsen, el 2 de julio de 2025, ha ido en segundo plano", señala el informe. Esta situación refleja la tensión que existe entre el Ejecutivo y el Legislativo, donde el primero parece estar imponiendo su agenda a través de la figura de la "urgencia económica".
Analistas políticos advierten que esta crisis institucional podría tener graves consecuencias para la estabilidad del país y la consolidación de la democracia. Urgen a las autoridades a encontrar soluciones que permitan restablecer el equilibrio de poderes y garantizar el adecuado funcionamiento del Congreso.
En medio de este panorama, la ciudadanía observa con preocupación cómo se desarrollan los acontecimientos, esperando que los representantes políticos logren superar sus diferencias y prioricen el bienestar del país por encima de intereses partidistas.
