Medellín enfrenta un preocupante aumento de homicidios relacionados con problemas de convivencia y conflictos interpersonales durante 2025, según los balances preliminares de la Secretaría de Seguridad y Convivencia de la ciudad.
Los datos oficiales indican que las muertes derivadas de riñas, discusiones y actos de intolerancia superaron por primera vez en años recientes a aquellas vinculadas con el accionar de organizaciones criminales. Este fenómeno ha concentrado la atención de las autoridades locales, quienes buscan comprender los factores que están incidiendo en esta tendencia.
De acuerdo con el consolidado conocido hasta finales de diciembre, 105 personas han perdido la vida en hechos clasificados como problemas de convivencia, lo que representa un incremento del 30% frente a 2024, cuando se reportaron 81 homicidios bajo esta misma categoría. La diferencia equivale a 24 casos adicionales en un solo año.
En contraste, los homicidios atribuidos a estructuras criminales organizadas también mostraron un aumento durante el año en curso, pasando de 80 casos en 2024 a 95 en 2025, es decir, 15 muertes más asociadas a disputas entre grupos ilegales, ajustes de cuentas y otras dinámicas propias del crimen organizado en la ciudad.
El balance global de homicidios en Medellín refleja 17 muertes violentas más que el año anterior, aun cuando el periodo anual no había finalizado al momento del reporte. Este acumulado ha llevado a las autoridades a revisar con mayor detalle los factores que están incidiendo en la violencia letal, especialmente aquellos vinculados a conflictos cotidianos entre ciudadanos.
Funcionarios de la administración distrital han señalado que aún existen más de 70 homicidios pendientes de categorización, los cuales continúan bajo análisis técnico y judicial. Este proceso podría modificar parcialmente la distribución final de los casos entre riñas, criminalidad organizada u otras tipologías. Sin embargo, los reportes preliminares mantienen a la intolerancia social como la principal causa identificada hasta ahora.
Desde el punto de vista institucional, los hechos asociados a convivencia representan un desafío operativo distinto. Mientras que las acciones contra estructuras ilegales se apoyan en labores de inteligencia y judicialización, los conflictos espontáneos entre ciudadanos son descritos como difíciles de anticipar y prevenir, incluso con presencia policial en zonas priorizadas.
Dentro de los reportes conocidos durante el año, se han documentado agresiones ocurridas en medio del consumo de alcohol, disputas familiares y enfrentamientos entre conocidos o desconocidos que escalaron de manera repentina. Uno de los episodios recientes involucró a un hombre que, según los reportes oficiales, atacó con un arma blanca a varias personas, dejando seis heridos, luego de ingresar a una vivienda tras una discusión previa.
Las autoridades han explicado que las riñas callejeras y los conflictos interpersonales suelen desencadenarse en espacios privados o públicos sin planificación previa, lo que limita la capacidad de intervención anticipada por parte de la Policía Nacional. Estos eventos, según los análisis oficiales, concentran una parte significativa de los homicidios registrados durante 2025.
En este contexto, la administración distrital ha reiterado llamados preventivos dirigidos a la ciudadanía, especialmente durante las celebraciones de fin de año. Los reportes de seguridad advierten que reuniones sociales, consumo de licor y encuentros familiares suelen coincidir con un aumento de confrontaciones que pueden derivar en hechos violentos.
Los organismos de seguridad han insistido en la importancia de reportar oportunamente situaciones de riesgo, buscar mediación institucional y evitar la confrontación directa. Estas recomendaciones forman parte de las estrategias de contención frente a un fenómeno que, según las cifras disponibles, ya supera en impacto a la violencia ejercida por estructuras ilegales en la ciudad.












