Sentir que el abdomen aumenta de tamaño puede generar inquietud, pero es clave saber diferenciar si se trata de una hinchazón transitoria o de la acumulación de grasa abdominal. Según expertos consultados por Science Focus, comprender estas diferencias permite evitar preocupaciones innecesarias y adoptar la estrategia adecuada.
La Dra. Karen Wright, especialista en microbiota intestinal de la Universidad de Lancaster, indica que la sensación física es fundamental para distinguir estas condiciones. Un abdomen hinchado suele notarse tenso, endurecido y puede ser doloroso, a diferencia de la grasa abdominal.
Por su parte, la Dra. Megan Rossi, nutricionista y experta en salud digestiva, señala que un abdomen hinchado suele sobresalir de forma repentina, lo que se conoce como "barriga de comida". Si el abultamiento es blando, sin dolor y apareció de modo gradual, suele estar relacionado con grasa acumulada.
El tiempo de aparición también ayuda a diferenciar: la hinchazón puede manifestarse y desaparecer en pocas horas, mientras que el aumento de grasa abdominal se desarrolla lentamente, a lo largo de semanas o meses. Además, la hinchazón no cambia el peso de manera significativa, a diferencia de la grasa corporal.
Los hábitos alimenticios y el modo de comer tienen un papel determinante al provocar hinchazón abdominal. Tragar aire, por comer deprisa o beber líquidos carbonatados, es uno de los factores más habituales, ya que parte de ese aire queda en el aparato digestivo. Las porciones abundantes o los alimentos ricos en fibra, como legumbres, coles o pan integral, potencian aún más la producción de gases.
Según Rossi, la localización también puede orientar sobre la causa: si la hinchazón aparece en la parte superior tras una comida copiosa o gaseosa, el modo de comer es la probable causa; si surge en la parte inferior, los alimentos pueden ser responsables.
El equilibrio digestivo depende tanto de los hábitos alimenticios como del estado emocional y otros aspectos físicos. El estrés o la ansiedad pueden desestabilizar la microbiota intestinal y provocar episodios más frecuentes de hinchazón. Las hormonas también son un factor relevante, como en determinados momentos del ciclo menstrual o la menopausia.
Identificar el origen permite aplicar la estrategia correcta. Si la hinchazón surge por aire atrapado, Wright aconseja realizar movimientos suaves como caminar o hacer estiramientos. Masajear el abdomen puede facilitar la expulsión de gases y aliviar la tensión.
En la mayoría de los casos, la hinchazón abdominal es pasajera y se resuelve sola. Pero si el malestar afecta la vida diaria o se repite de forma frecuente, es útil llevar un registro de alimentos y síntomas antes de consultar a un profesional.
Por el contrario, la acumulación progresiva y sin dolor corresponde a grasa abdominal. En estos casos, las expertas recomiendan revisar los hábitos y seguir un enfoque enfocado en la alimentación y la actividad física para controlar el peso.
La microbiota intestinal resulta fundamental para la salud digestiva y la predisposición a la hinchazón. Su equilibrio puede verse afectado fácilmente por el exceso de ciertos alimentos, el estrés o los hábitos cotidianos, lo que influye tanto en la comodidad abdominal como en el bienestar general.
Si la hinchazón abdominal persiste, tiende a repetirse o se acompaña de otros síntomas, es fundamental consultar a un profesional sanitario para recibir la atención adecuada a tiempo.
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