El Partido Liberal (PL) y el Partido Nacional (PN) se encuentran en una disputa por la presidencia del Congreso Nacional de Honduras, luego de las elecciones generales del 30 de noviembre.
Según los resultados preliminares, el PN obtuvo 49 diputados, mientras que el PL logró 41 escaños. A pesar de que el PN ganó las elecciones presidenciales con Nasry 'Tito' Asfura, el PL anunció que buscará la presidencia del Legislativo.
El diputado liberal Carlos Umaña advirtió que su bancada está decidida a disputar el cargo, argumentando que el pueblo hondureño decidió en las urnas que el bipartidismo tendría mayoría calificada, por lo que "tienen que haber pesos y contrapesos. Es mejor un cogobierno que una ingobernabilidad".
Por su parte, el legislador del PN Jorge Zelaya señaló que, desde 1982, el presidente del Congreso es del partido ganador de las elecciones presidenciales, lo que se considera "parte de la cultura política hondureña". Sin embargo, Umaña aclaró que el PN "tiene que entender que no es derecho divino que el Partido Nacional tenga que tener el Congreso Nacional".
La elección de la nueva Junta Directiva del Congreso Nacional se llevará a cabo el 21 de enero, solo dos días antes de la toma de posesión del presidente electo, programada para el 27 de enero. Esto convierte a la presidencia del Congreso en un cargo clave, ya que el presidente del Legislativo debe juramentar al presidente de la República electo.
En 2022, la instalación del Congreso 2022-2026 generó enfrentamientos y riesgo de paralización legislativa, con la elección de dos presidentes del Poder Legislativo en ceremonias separadas. Finalmente, un acuerdo político permitió que Luis Redondo, del Partido Salvador de Honduras (PSH), asumiera la presidencia del Congreso.
Ante este escenario, Umaña advirtió que, si no se llega a un acuerdo entre el PL y el PN, "vayan buscando un juez para que juramente al presidente porque no va a haber Congreso. Se va a instalar (sesión del Congreso), pero hasta la elección del presidente provisional vamos a tener problemas y no se va a alcanzar los 65 votos".
La disputa por la presidencia del Congreso Nacional de Honduras se perfila como un nuevo capítulo del bipartidismo en el país, con implicaciones importantes para la gobernabilidad y la transición de poder.











