A solo días de la declaratoria oficial, el curul de varios diputados aún pende de un hilo en Honduras. Diferencias mínimas mantienen abierto el pulso por los escaños del Congreso Nacional, donde cada voto revisado puede cambiar el mapa legislativo.
El escrutinio especial ordenado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) ha reabierto la posibilidad de sorpresas de última hora, con varios aspirantes aún manteniendo viva la opción de asegurar un curul. En múltiples departamentos, los márgenes son tan estrechos que cualquier ajuste validado puede alterar el resultado final.
En Atlántida, la contienda interna del Partido Nacional entre Iveth Obdulia Matute y Rememberto Alexander Zavala se define por apenas 123 votos. En Cortés, dentro de Libre, Mauricio Castellanos se acerca peligrosamente a Rita Zúniga, con una diferencia de solo 127 votos.
Choluteca refleja dos escenarios ajustados: en el Partido Nacional, Edgardo Hernández Loucel supera a Ileana Nazareth Velásquez por 1,104 votos, mientras en Libre, Egardo Alcides Vargas aventaja a Nidi Gisella Castillo por 452 sufragios.
El caso más extremo se da en El Paraíso, donde en el Partido Nacional, Walter Chávez y Hiudy Gabriela Morales se separan por apenas 7 votos. Un mínimo ajuste podría redefinir completamente quién se queda con el curul.
A horas de que el CNE cierre oficialmente el proceso el 30 de diciembre, el Congreso Nacional aún no está completamente escrito. Cada curul en disputa refleja la fragilidad del margen electoral y el peso real de cada voto emitido. El escrutinio especial no solo revisa cifras: redefine el mapa político que asumirá el Legislativo y confirma que, en estas elecciones, el poder se juega voto a voto.












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