Con la llegada de un nuevo año, los ecuatorianos se enfrentan a una realidad marcada por luces y sombras. Si bien el 2025 trajo algunas alegrías, como la clasificación de la selección nacional a su quinta Copa del Mundo, también se vio empañado por la persistente violencia, la corrupción y la falta de confianza en las instituciones.
El texto destaca que, a pesar de los buenos deseos y esperanzas que suelen acompañar a cada año nuevo, el análisis de la situación del país revela una realidad compleja. La "isla de paz" que alguna vez fue Ecuador se ha convertido en una de las zonas más violentas del planeta, con problemas como el sicariato, el secuestro extorsivo y otras formas de delincuencia que atormentan a la población.
Según el expresidente Oswaldo Hurtado, la raíz del problema se encuentra en la propia sociedad y en las decisiones de los electores. Hasta que no haya una verdadera conciencia y responsabilidad por parte de todos los actores, el futuro del país no podrá mejorar, e incluso podría empeorar.
Uno de los temas que más preocupa es la crisis en el sistema de justicia. Los juristas se sienten avergonzados por las "enfermedades múltiples" que aquejan a los operadores de justicia, lo que ha llevado a la Asamblea Nacional a anunciar un juicio político. Surgen interrogantes sobre quiénes eligieron a estos funcionarios y si detrás hay un "entramado de altos jerarcas", como denunció el juez anticorrupción Carlos Serrano.
A pesar de estos problemas, el 2025 también trajo algunas alegrías para los ecuatorianos, como los logros de la selección nacional de fútbol y de otros deportistas que han destacado a nivel internacional, exhibiendo con orgullo los colores de la bandera tricolor.
Mientras el país se prepara para enfrentar los desafíos del 2026, los ecuatorianos deben reflexionar sobre la necesidad de asumir una mayor responsabilidad y compromiso con la construcción de un futuro más justo y seguro para todos.












