El nuevo Gobierno que asumirá el poder en Honduras el 27 de enero se enfrenta a la urgente tarea de reformar por completo los sistemas de salud y educación del país, que se encuentran en un estado crítico y requieren una "reingeniería" profunda, según un análisis publicado por el diario LA PRENSA.
El texto señala que a un "conglomerado humano enfermo y desnutrido, excluido de la cobertura sanitaria estatal, no se le puede exigir resultados óptimos en su rendimiento laboral, tampoco en los niveles de productividad". De igual manera, si la población carece de "conocimientos educacionales y técnicos esenciales, no es racional demandarlos, por cuanto los resultados obtenidos no serán satisfactorios".
En el ámbito de la salud, el nuevo Gobierno deberá actualizar el modelo implementado por el médico Enrique Aguilar Cerrato cuando estuvo al frente de la Secretaría de Salud Pública, que descentralizó el funcionamiento y la administración de los centros de salud a lo largo del país. Además, se debe nombrar a un profesional con "habilidades gerenciales y capacidad ejecutiva" que logre desmantelar las redes de corrupción enquistadas en el ministerio.
Por otro lado, la Secretaría de Educación enfrenta múltiples problemas, desde "centros educativos deteriorados, inseguridad para alumnos y docentes, contenidos curriculares desfasados e irrelevantes" hasta "metodologías de enseñanza-aprendizaje arcaicas" y retrasos en el pago de salarios a los maestros.
El análisis concluye que estas "condiciones sanitarias y educativas no pueden continuar vigentes si se desea contar con un recurso humano liberado de enfermedades prevenibles y de las tinieblas de la ignorancia y el analfabetismo funcional". Por lo tanto, el nuevo Gobierno tiene el desafío de emprender una profunda reforma en ambos sectores.












