El herpes zóster, también conocido como culebrilla, es una enfermedad que se caracteriza por la aparición de lesiones cutáneas dolorosas y que afecta principalmente a personas mayores de 50 años. Según los expertos, más del 95% de los adultos en ese rango etario portan el virus que causa esta patología.
Si bien no es una enfermedad mortal, el herpes zóster puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de quienes la padecen. Las lesiones cutáneas y el dolor que genera pueden llegar a ser devastadores y, en algunos casos, derivar en complicaciones graves y duraderas.
Una de las razones por las que el herpes zóster afecta sobre todo a los adultos mayores es que el virus que lo causa, el virus de la varicela-zóster, permanece latente en el organismo después de que una persona ha tenido varicela. A medida que el sistema inmunológico se debilita con la edad, el virus puede reactivarse y provocar el brote característico de la culebrilla.
Los síntomas del herpes zóster suelen comenzar con dolor, picazón o sensibilidad en una determinada área de la piel, seguidos por la aparición de una erupción con pequeñas ampollas que se extiende a lo largo de un nervio. Estas lesiones pueden ser muy dolorosas y, en algunos casos, pueden dejar secuelas como la neuralgia postherpética, un dolor persistente que puede durar meses o incluso años después de que las lesiones se hayan curado.
Además del dolor, el herpes zóster también puede causar otras complicaciones, como infecciones bacterianas de la piel, parálisis de los nervios faciales y, en casos más raros, infecciones oculares o del sistema nervioso central.
Para prevenir el herpes zóster, se recomienda la vacunación, especialmente en personas mayores de 50 años. La vacuna ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y reduce el riesgo de desarrollar la enfermedad y sus complicaciones. Asimismo, es importante que los pacientes con herpes zóster reciban un tratamiento adecuado, que generalmente incluye antivirales y analgésicos, para aliviar los síntomas y prevenir complicaciones.
En resumen, el herpes zóster es una enfermedad que afecta principalmente a los adultos mayores debido a la reactivación del virus de la varicela-zóster en un sistema inmunológico debilitado por la edad. Si bien no es mortal, puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes y, en algunos casos, derivar en complicaciones graves. La prevención a través de la vacunación y el tratamiento oportuno son clave para abordar esta enfermedad.












