Colón, Matanzas - Hace un mes y 16 días, la vida de Milena Díaz y su pequeño hijo Rodrigo dio un giro inesperado. El recién nacido, de apenas un mes de edad, fue ingresado de urgencia en el Hospital Pediátrico "Eliseo Noel Caamaño" con una severa septicemia que ponía en peligro su existencia.
La madre, desconsolada, llegó al centro médico y se encontró con un panorama desalentador: su bebé, intubado y con ventilación, luchaba por su vida. "Fueron momentos difíciles, de los peores de mi vida", recuerda Milena.
Sin embargo, gracias a la rápida y precisa actuación del personal médico, Rodrigo pudo ser estabilizado y sometido a una compleja intervención quirúrgica. Tras 40 días en la unidad de cuidados intensivos, el pequeño comenzó a mostrar signos de mejoría y fue trasladado a la Sala de Quemados y Cirugía Reconstructiva para continuar con su recuperación.
"El niño llegó a nuestra institución con una fascitis necrotizante por una bacteria que ponía en peligro su vida. Se actuó con rapidez, y sin dudar un segundo se remitió hacia terapia intensiva", comenta Anaelys Santana Álvarez, Directora del Hospital Pediátrico.
Hoy, Milena arropa a su hijo en un sillón de la sala, mientras lo cubre de frases amorosas. El pequeño Rodrigo, con su lozanía y belleza, se ha convertido en el centro de atención del personal médico. "Es un niño compota", expresa una de las enfermeras.
Aunque aún queda un largo camino por recorrer, la familia de Rodrigo se siente profundamente agradecida por la atención y el cuidado brindado por el equipo médico. "Estoy muy agradecida de los médicos, fue muy buena la atención, siempre al tanto de todo lo que requería mi hijo para su restablecimiento. Nunca lo soltaron de la mano", afirma Milena.
En breve, Rodrigo regresará a su natal San Pedro de Mayabón, donde su padre Reinier Moreira lo espera con los brazos abiertos. Atrás quedarán los días de incertidumbre y enfermedad, pero permanecerá la hazaña de los galenos que le devolvieron la salud al pequeño y la sonrisa a su madre agradecida.
