Tras un reñido proceso electoral en Honduras, se han desatado fuertes acusaciones de "golpe de Estado electoral" por parte de miembros del partido oficialista Libre. Según denuncias, dos magistradas electorales estarían intentando declarar un "presidente electo de facto" sin concluir el escrutinio final.
El exministro de Relaciones Exteriores, Eduardo Reina, quien fue candidato a vicepresidente por Libre, afirmó en su cuenta de X que el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Honduras, con un "pleno ilegal de dos (de un total de tres) magistrados", estaría avanzando hacia la declaratoria de un "presidente electo de facto".
Reina acusó a las magistradas Ana Hall, del Partido Liberal, y Cossette López, del Partido Nacional (PN), de "saltarse todos los procedimientos legales sin evacuar todos los recursos legales interpuestos" y de "violar el debido proceso electoral y la Ley". Según el exfuncionario, esto se debe a que, a medida que se contaban más votos en el escrutinio especial, "más evidente era la manipulación".
La denuncia de Reina concuerda con la opinión de numerosos analistas, quienes señalan que las dos consejeras electorales habrían decidido detener el recuento al percatarse de que, si continuaban abriendo las urnas, se iría "desinflando el triunfo" del candidato presidencial del PN, Nasry Asfura, quien cuenta con el respaldo del expresidente Donald Trump.
El consejero de Libre en el CNE, Marlon Ochoa, también abandonó la sesión de pleno y presentó una denuncia ante la Fiscalía, argumentando que no podía "suscribir un acto tipificado como delito".
Reina advirtió que este tipo de "golpes de Estado electorales" se están imponiendo en el "nuevo orden mundial de las democracias de facto", donde "se imponen presidentes y no eligen los pueblos". Según los últimos datos preliminares del CNE, con el 99,92% de las actas procesadas, Asfura lidera el recuento con un 40,27% de los votos, seguido de cerca por el liberal Salvador Nasralla, con el 39,53%.
