El Museo del Louvre ha tomado medidas de seguridad adicionales después del robo de ocho joyas de valor incalculable ocurrido el pasado 19 de octubre. La institución instaló este martes una reja de seguridad en la ventana por la que un comando de cuatro ladrones accedió al establecimiento y perpetró el golpe.
La presidenta del Louvre, Laurence des Cars, había anunciado el 12 de diciembre que la instalación de la reja, retirada durante unas reformas en 2003 y no vuelta a colocar, se completaría "antes de Navidad". Esta intervención forma parte del plan director general de seguridad del museo, cuyos orígenes se remontan a 2017 durante la gestión de su anterior presidente, Jean-Luc Martínez.
Además de la reja, el Louvre ha desplegado "un dispositivo policial móvil" frente a la entrada del museo desde el 19 de diciembre. Y a partir del próximo año, también se instalarán "100 cámaras perimétricas suplementarias" para reforzar la seguridad.
La investigación administrativa lanzada tras el robo, concluida y presentada el 5 de noviembre, determinó que los agentes de seguridad privada del Louvre o la Policía podrían haber impedido la fuga de los autores del golpe por tan solo unos 30 segundos. La explicación apunta a una cadena de fragilidades acumuladas durante años, tanto por la vetustez de las instalaciones como por la subestimación crónica de los riesgos de robo y la falta de coordinación.
El Louvre ha reconocido que "aprende la lección del robo" y prosigue su "transformación y refuerzo de su arquitectura y seguridad" para evitar que se repitan hechos similares en el futuro. Las nuevas medidas buscan garantizar la protección de las valiosas obras de arte que alberga uno de los museos más importantes del mundo.
