Las acusaciones cruzadas entre Tailandia y Camboya se mantienen a un día de que los militares de ambos países se reúnan para intentar limar asperezas y alcanzar un cese de las hostilidades en la frontera, que han dejado al menos 85 muertos y cerca de 700.000 desplazados.
Según las Fuerzas Armadas de Tailandia, 42 civiles y 22 militares han muerto en el país desde que estallaron los enfrentamientos el pasado 7 de diciembre, en el marco de la disputa territorial histórica entre ambos países. Por su parte, Camboya ha contabilizado 21 civiles fallecidos, sin reportar bajas en su sector militar.
Bangkok sitúa en 160.611 el número de refugiados que tuvieron que abandonar sus hogares por seguridad, mientras que Nom Pen ha contabilizado 544.685 desplazados durante las casi tres semanas de hostilidades en la frontera, de unos 820 kilómetros.
El Gobierno del primer ministro camboyano, Hun Manet, tilda de "barbáricas" las acciones de Tailandia, que asegura actuar apegada a principios humanitarios. Por su parte, Bangkok insiste en que la contraparte sigue mintiendo sobre su voluntad de acordar un cese de hostilidades, debido a numerosos ataques contra población civil.
La reunión del miércoles entre los militares de ambos países se llevará a cabo en Chanthaburi, una zona fronteriza del lado tailandés, y estará presidida por el Comité General de Fronteras (GBC), un mecanismo de seguridad usado anteriormente para acordar medidas en aras de mantener la paz en áreas limítrofes.
El canciller tailandés, Sihasak Phuangketkaew, reiteró que las negociaciones del GBC tomarán "el tiempo que sea necesario", con vistas a alcanzar compromisos que incluyan retirar armamento pesado y minas antipersonas, siempre bajo un enfoque bilateral, pese a que agradeció los esfuerzos de China y Estados Unidos para un cese de hostilidades.
Por su parte, Camboya dijo que espera pactar el respeto e implementación del acuerdo de alto el fuego de finales de julio, cuando cinco días de enfrentamientos similares dejaron medio centenar de muertos en áreas limítrofes. Nom Pen también destacó la necesidad de acordar "el regreso seguro y digno, sin obstrucciones, de los civiles de las zonas fronterizas".
Los dos países asiáticos mantienen una histórica disputa por la soberanía de varios territorios situados en la frontera, cartografiada por Francia en 1907, cuando Camboya formaba parte de la Indochina francesa.
