Pekín condena con dureza las sanciones impuestas por Ucrania a compañías y ciudadanos chinos, acusados de apoyar la "maquinaria de guerra" de Rusia, y advierte que tomará medidas de represalia si Kiev no rectifica estas decisiones.
El Gobierno chino ha reaccionado con firmeza a las últimas sanciones anunciadas por Ucrania, que apuntan a entidades e individuos de origen asiático por supuestamente contribuir al esfuerzo bélico ruso en la guerra. En una contundente declaración, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Lin Jian, ha denunciado que estas medidas unilaterales "violan el Derecho Internacional" y ha exigido a Kiev que "corrija" sus decisiones.
"Si la parte ucraniana decide incluir a representantes chinos en sus listas de sanciones, China tomará medidas al respecto para proteger a sus ciudadanos y empresas", ha advertido Lin Jian durante una rueda de prensa. Según el vocero, Pekín "protegerá a estas compañías en caso de que se impongan sanciones y se reserva el derecho de adoptar medidas de represalia".
Las fuertes palabras de China llegan un día después de que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, anunciara que tiene previsto introducir antes de que finalice el año más sanciones de este tipo contra entidades rusas y "aquellos individuos que faciliten" la invasión, lo que podría incluir a empresas o ciudadanos chinos.
Desde el inicio de la guerra en Ucrania, China se ha negado a condenar la agresión rusa y ha mantenido una postura ambigua, evitando alinearse con Occidente en las sanciones contra Moscú. Por el contrario, Pekín ha intensificado sus lazos económicos y políticos con Rusia, lo que ha generado crecientes tensiones con los países occidentales.
Ahora, la advertencia china de tomar "medidas de represalia" si Ucrania sanciona a sus empresas y ciudadanos eleva aún más la tensión geopolítica en torno al conflicto ucraniano. Es una clara señal de que China está dispuesta a defender a sus intereses en la región, incluso si eso implica un choque directo con Ucrania y sus aliados.
La posición de Pekín pone de manifiesto la complejidad de las dinámicas geopolíticas en juego. Mientras Occidente busca aislar a Rusia, China se aferra a sus vínculos con Moscú, desafiando abiertamente las sanciones internacionales. Esta nueva escalada amenaza con agravar aún más la crisis y complicar los esfuerzos por alcanzar una solución negociada al conflicto.












