La disputa por el modelo yerbatero en Argentina alcanza un punto crítico con la eliminación de varias regulaciones clave por parte del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM). La entidad, que históricamente ha jugado un rol central en la fijación de precios, los períodos de cosecha y la dinámica de oferta y demanda, ha dado un giro significativo hacia la desregulación y la libre competencia.
Con la Resolución 146/2025, el INYM abrogó varias de sus propias resoluciones que durante décadas estructuraron la actividad yerbatera. Entre ellas, se eliminó la suspensión de la cosecha y secado de la yerba mate durante los meses de octubre y noviembre, una medida que buscaba proteger la planta y la calidad del producto. Además, se derogaron los artículos que preveían inhabilitaciones inmediatas para operadores sin documentación respaldatoria y se modificó el régimen de baja automática por incumplimientos.
Este cambio de rumbo se enmarca en la reconfiguración del rol del INYM, establecida por el DNU 70/2023 y el Decreto 812/2025, que redefinieron sus objetivos, funciones y facultades. Ahora, la entidad se concentrará en la verificación de calidad, trazabilidad y salubridad del producto, evitando intervenciones que distorsionen el mercado.
Desde el INYM, se señaló que esta resolución no agota el proceso de revisión normativa y que aún restan analizar otras disposiciones de mayor complejidad. El Directorio se comprometió a continuar avanzando de manera progresiva en la adecuación total del marco regulatorio a los lineamientos fijados por el Poder Ejecutivo Nacional.
La medida ha generado un clima de malestar creciente en la región yerbatera, con manifestaciones, críticas políticas y preocupación por los efectos sociales y económicos que la reconfiguración del INYM tendrá en la actividad. Sectores productores advierten que la desregulación estructural deja a la industria sin herramientas para equilibrar precios y proteger a los pequeños operadores, mientras otros celebran la apertura del mercado a la libre competencia.
