En un hecho sin precedentes, la destacada líder opositora venezolana María Corina Machado fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2025 por su incansable lucha pacífica contra la dictadura de Nicolás Maduro. Sin embargo, esta distinción ha desatado una ola de ataques coordinados desde varios países de América Latina y Europa, provenientes de sectores neocomunistas, progresistas y afines al régimen venezolano.
Estos detractores cuestionan que Machado merezca el premio, desconociendo por completo el carácter pacífico de su lucha y los enormes sacrificios que ha tenido que afrontar. A lo largo de los últimos años, Machado y miles de venezolanos han sido ferozmente perseguidos, secuestrados, desaparecidos, torturados y asesinados lentamente por el régimen de Maduro, sin fundamento legal y sin haber cometido delito alguno.
La propia Machado ha debido permanecer en la clandestinidad en dos períodos, logrando escapar del territorio venezolano en una peligrosa travesía por mar, para finalmente llegar a Oslo y recibir el premio en nombre del pueblo venezolano, a quienes considera las verdaderas merecedoras de este reconocimiento.
Estos ataques se concentran en dos líneas principales: por un lado, se la acusa de ser de "derecha" o "ultraderecha", buscando desacreditarla y compararla con figuras históricas o hechos del pasado de manera impúdica. Por otro lado, se intenta crear una corriente de opinión que opaque sus indiscutibles méritos, centrando el debate en las falsas acusaciones en su contra.
Sin embargo, quienes revisen la trayectoria de Machado observarán que su compromiso con la defensa de los Derechos Humanos ha sido constante e incluyente, sin discriminar entre civiles, militares, políticos, sindicalistas, empresarios o ciudadanos de cualquier condición. Este contraste radical con la exclusión que proponen algunos sectores progresistas, los convierte en representantes del propio chavismo-madurismo que tanto combate.
En un momento en que los proyectos neocomunistas son rechazados masivamente en América Latina, cabe preguntarse qué significa realmente la acusación de "derecha" o "ultraderecha" que se le atribuye a Machado y a tantos otros políticos. En esencia, Machado es una demócrata que defiende las libertades, el derecho al trabajo, la propiedad privada y la separación de poderes, ofreciendo un modelo sustantivamente democrático que no admite descalificaciones ni mentiras, a menos que sus detractores sean, en realidad, agentes encubiertos de la dictadura.



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