En un momento de gran incertidumbre y pasiones políticas, el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Luis Henry Molina, ha salido en defensa de la independencia y esencia del Poder Judicial. Molina afirmó que "cuando un juez puede decidir sin temor, ajeno a presiones externas y sin cálculos fuera del Derecho, la sociedad gana en certeza, en igualdad y en confianza".
El máximo representante del Poder Judicial recordó que la justicia cumple una función "contramayoritaria" al proteger derechos "incluso y, sobre todo, cuando hacerlo resulta impopular". Molina hizo un llamado a los jueces a aquilatar este mensaje en la toma de sus decisiones, enfatizando que la justicia "no está para agradar, sino para proteger los derechos que garantizan la Constitución y las leyes".
Estas declaraciones llegan en un momento de gran tensión política, donde las pasiones y presiones externas parecen amenazar la independencia del Poder Judicial. Molina ha salido firme en defender el rol esencial de la justicia como garante de los derechos y las libertades, incluso cuando eso implica ir en contra de la opinión pública o de los intereses de grupos poderosos.
La defensa de la autonomía judicial es fundamental para el fortalecimiento del Estado de Derecho y la consolidación de la democracia. Los jueces deben poder tomar sus decisiones sin temor a represalias o injerencias indebidas, guiados únicamente por los principios del Derecho y la Constitución.
Las palabras de Molina son un llamado a la responsabilidad y el compromiso de la judicatura con su función esencial de proteger los derechos de todos los ciudadanos, sin importar las presiones o los cálculos políticos. En un momento de tanta polarización, este mensaje cobra una relevancia crucial para preservar la integridad y la credibilidad del sistema judicial.






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