El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, ha dejado claro que la actual relación con Venezuela "es intolerable" y debe cambiar. En una enérgica rueda de prensa, Rubio advirtió que "nada impedirá" a las fuerzas desplegadas en el Caribe aplicar el bloqueo contra petroleros sancionados.
La crisis entre Estados Unidos y Venezuela, la más grave en décadas en América Latina, no parece tener visos de resolución a corto plazo. Rubio descartó confirmar si Washington prepara medidas militares más drásticas, pero el presidente Trump no descartó una posible guerra con Caracas.
Rubio rechazó repetidamente aclarar si el objetivo de Washington es un cambio de régimen en Venezuela. Sin embargo, dejó claro que el "statu quo actual con el régimen venezolano es intolerable" para Estados Unidos. Advirtió que no habrá nada que impida la aplicación de las sanciones estadounidenses contra los buques que transporten petróleo venezolano.
La escalada de tensión entre ambos países ha llevado a que México y Brasil se hayan ofrecido como mediadores, algo que Rubio agradeció, sin dar más detalles. Rusia y China, principales aliados de Venezuela, han expresado su apoyo a Maduro, pero Rubio restó importancia a este respaldo, afirmando que Moscú tiene "las manos ocupadas" con la guerra en Ucrania.
Rubio también criticó al presidente colombiano Gustavo Petro, al que calificó de "no muy estable en sus pronunciamientos", y aseguró que Washington "no va a permitir que cualquier problema que exista con un individuo vaya a hacer daño a una relación tan importante" como la de Estados Unidos con Colombia.
La última vez que hubo un bloqueo naval en el Caribe fue en 1962, durante la Crisis de los Misiles entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Ahora, Washington parece dispuesto a llegar a extremos similares para imponer su voluntad en la región.
