La creciente tensión entre Venezuela y Estados Unidos por el bloqueo de buques venezolanos ordenado por el presidente Donald Trump ha llevado a México y Brasil a ofrecer su mediación para buscar una solución pacífica al conflicto.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, rechazó cualquier forma de intervención o injerencismo y se mostró dispuesta a convocar a países de América y otros continentes para encontrar una solución a través de los mecanismos de Naciones Unidas. Por su parte, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se ofreció como mediador entre Washington y Caracas, insistiendo en que los conflictos no se resuelven por la vía militar, sino mediante el diálogo político.
La situación ha llevado al Consejo de Seguridad de la ONU a convocar una reunión de urgencia el próximo martes 23 para abordar la crisis. Rusia y China han llamado a la moderación y al diálogo, advirtiendo que la escalada de tensiones en la región es "potencialmente muy peligrosa".
Venezuela solicitó formalmente esta reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad tras el anuncio del bloqueo de buques petroleros por parte del presidente estadounidense. Caracas busca que la ONU intervenga para evitar un posible derramamiento de sangre.
La disputa entre Venezuela y Estados Unidos se enmarca en las sanciones impuestas por Washington a Caracas, que han afectado severamente a la economía venezolana. Ahora, el bloqueo de buques amenaza con agravar aún más la crisis, lo que ha llevado a los países de la región a buscar una salida diplomática que evite un conflicto militar.
La mediación ofrecida por México y Brasil, así como la convocatoria de la ONU, son intentos por encontrar una solución pacífica a esta delicada situación, que podría tener graves consecuencias para la estabilidad de la región.












