Un tribunal francés declaró culpable al anestesista Frédéric Péchier, de 53 años, por envenenar intencionalmente a 30 pacientes, causando la muerte de 12 de ellos, durante casi una década de trabajo médico. Péchier, considerado alguna vez como un "anestesista estrella" por sus colegas, fue condenado a cadena perpetua tras un juicio que duró cuatro meses en la ciudad de Besan on.
Los fiscales estatales lo calificaron como "uno de los mayores criminales en la historia del sistema jurídico francés" y aseguraron que Péchier era un "asesino en serie" que había manipulado las bolsas de paracetamol o de anestesia de sus colegas para envenenar a los pacientes, provocándoles hemorragias y ataques cardíacos.
La fiscal del Estado, Christine de Curraize, afirmó durante sus alegatos que Péchier no era médico, "sino un criminal que usaba la medicina para matar". Sus víctimas abarcaron un rango de edad desde un niño de 4 años hasta una mujer de 89 años.
La fiscalía argumentó que Péchier actuó para desacreditar a sus colegas anestesistas contra quienes guardaba rencor y que en la mayor parte de las operaciones en que participó no era el anestesiólogo principal. Por lo general, este médico llegaba antes de tiempo a la clínica para manipular las bolsas de paracetamol o de anestesia que iban a usar sus colegas.
Péchier fue investigado por primera vez hace ocho años, cuando era sospechoso de envenenar a pacientes en dos clínicas de Besan on entre 2008 y 2017. La alerta se disparó en 2017, después de que se encontrara un exceso de cloruro de potasio en el perfusor de una mujer que sufrió un ataque cardíaco mientras era operada.
Los fiscales explicaron que, en algunos casos, Péchier intervino para resucitar a pacientes que había envenenado, no para salvarlos, sino para borrar sus huellas. Péchier negó los cargos, pero su propio testimonio varió durante el juicio y terminó admitiendo que debía haber un envenenador suelto en la clínica, aunque aseguró que no era él.











