Eileen Higgins tomó posesión este jueves de su cargo como alcaldesa de la ciudad de Miami, poniendo fin a una racha de 24 años sin que un demócrata ganara la Alcaldía. La nueva mandataria se convierte también en la primera mujer y la primera persona no hispana en asumir la jefatura del gobierno municipal.
La elección de Higgins, una demócrata moderada, representa un importante giro político en una ciudad tradicionalmente dominada por los republicanos. Su victoria pone de manifiesto los cambios demográficos y las crecientes divisiones ideológicas que se viven en la Florida, un estado clave en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Higgins, de 51 años, derrotó en las urnas al candidato republicano y actual alcalde Francis Suarez, quien buscaba la reelección. La nueva alcaldesa obtuvo el 52% de los votos, frente al 48% de su contrincante.
En su discurso de investidura, Higgins se comprometió a trabajar por una Miami "más justa, más equitativa y más próspera para todos sus habitantes". Entre sus principales prioridades figuran la mejora de los servicios públicos, la creación de empleos bien remunerados y la lucha contra la gentrificación que amenaza con desplazar a los residentes de bajos ingresos.
"Hoy es un día histórico para nuestra ciudad. Después de 24 años, Miami vuelve a tener un alcalde demócrata, y además una mujer al frente del gobierno municipal", afirmó Higgins ante cientos de simpatizantes reunidos en el ayuntamiento.
La nueva alcaldesa llega al cargo con una amplia experiencia en el ámbito público. Fue elegida por primera vez como comisionada del condado de Miami-Dade en 2018 y se destacó por su defensa de los derechos de los inmigrantes y las minorías. Antes de entrar en política, Higgins trabajó durante dos décadas en el sector privado, donde adquirió valiosas habilidades de gestión y liderazgo.
Su victoria se produce en un momento de profunda polarización política en Florida, donde los republicanos han consolidado su dominio en los últimos años. Sin embargo, el triunfo de Higgins demuestra que los demócratas pueden ser competitivos incluso en bastiones tradicionalmente conservadores como Miami.
"Este es un resultado que envía un mensaje claro: los votantes de Miami quieren un cambio y están dispuestos a confiar en una nueva generación de líderes progresistas", afirmó la politóloga Marisa Lago, experta en asuntos floridanos.
