Los sindicatos de transporte del país han entrado en conflicto abierto con el Gobierno de Rodrigo Paz luego de que este anunciara el retiro del subsidio a los combustibles. Esta medida, que busca recortar el gasto público, ha generado una fuerte reacción en el sector, que teme un impacto severo en sus costos de operación.
Los gremios de transportistas convocaron a un paro de 24 horas para este viernes, con la intención de exigir la anulación del decreto que eliminó el subsidio. Advierten que, de no ser atendidos, a partir de la próxima semana intensificarán las medidas de fuerza con bloqueos de rutas y caminos.
"La determinación es el paro de 24 horas este viernes. Si el Gobierno no da marcha atrás, desde la semana que viene vamos a tener que endurecer las medidas con cortes de ruta", señaló el secretario general del sindicato de camioneros, Julio Ramírez.
El conflicto se enmarca en un contexto de alta inflación y deterioro del poder adquisitivo, que ha golpeado duramente a los trabajadores del sector transporte. El aumento en el precio de los combustibles, que representa uno de los principales insumos, amenaza con erosionar aún más sus ya ajustados márgenes de ganancia.
"Nuestros costos se han disparado en los últimos meses. El gasoil, los repuestos, los neumáticos... todo ha subido muchísimo. Ahora, con la suba del combustible, vamos a tener que trasladar esos aumentos a nuestras tarifas, lo que va a impactar en toda la cadena de abastecimiento", advirtió Ramírez.
Desde el Gobierno, por su parte, han defendido la medida como necesaria para sanear las cuentas públicas y reducir el déficit fiscal. Sostienen que el subsidio a los combustibles beneficiaba principalmente a sectores de altos ingresos, y que su eliminación permitirá redirigir esos fondos hacia programas sociales y de apoyo a los más vulnerables.
Sin embargo, los transportistas cuestionan duramente esta postura, argumentando que el impacto recaerá principalmente sobre los trabajadores y las pequeñas y medianas empresas del sector. Temen que el encarecimiento de los fletes y el transporte de mercancías termine repercutiendo en los precios finales al consumidor.
"El Gobierno dice que el subsidio beneficiaba a los ricos, pero nosotros somos trabajadores de clase media que dependemos de nuestros camiones para llevar el sustento a nuestras familias. Ahora nos van a asfixiar con estos aumentos", se quejó Ramírez.
La confrontación entre el Gobierno y los transportistas amenaza con agravarse en los próximos días, con el riesgo de generar desabastecimiento y desorden en la logística del país. Ambas partes parecen estar lejos de encontrar una solución de compromiso, lo que augura un escenario de tensión y conflictividad en las próximas semanas.
