Las redadas migratorias de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) en Estados Unidos están dejando en una situación crítica a numerosos restaurantes, especialmente aquellos con una alta presencia de trabajadores inmigrantes. Un emblemático local mexicano en Tucson, Arizona, llamado Taco Giro, se ha visto obligado a cerrar siete de sus diez establecimientos después de que agentes de ICE arrestaran a 46 de sus empleados durante una redada sorpresiva.
César Rodríguez, director de operaciones de Taco Giro, explicó a la agencia EFE que la pérdida repentina del 10% de su plantilla les ha obligado a cerrar varios locales de forma indefinida, ya que contratar y capacitar a nuevos trabajadores lleva tiempo. Incluso inmigrantes con ciudadanía temen ser víctimas de estas redadas por temor a que puedan afectar a familiares indocumentados.
La situación no es exclusiva de Taco Giro. Marco Antonio López, propietario de Beef Master Meat Market, también en Tucson, sufrió una experiencia similar cuando su negocio fue visitado por agentes de ICE el pasado mes de marzo. Aunque no hubo arrestos, al día siguiente ninguno de sus empleados se presentó a trabajar, obligándole a recurrir a su esposa e hijos para sacar adelante el negocio.
Según un informe del Los Angeles Economic Equity Accelerator and Fellowship (LEAAF), el 43% de los dueños hispanos de negocios en las zonas más afectadas por las redadas en Los Ángeles reportaron pérdidas de ingresos del 50% o más, cifra que sube al 68% entre quienes no dominan el inglés.
Para la alcaldesa de Tucson, Regina Romero, estas acciones "no hacen que nuestra comunidad sea más segura, ni reducen los precios para los habitantes", sino que "causan serios daños colaterales a las pequeñas empresas e interfieren con la actividad comercial legal". Romero asegura que estos operativos "vienen a incrementar aún más los problemas económicos" de las comunidades, ya de por sí afectadas por la inflación.
Las redadas migratorias de ICE están teniendo un impacto devastador en la economía local de numerosas ciudades con alta presencia de inmigrantes, dejando a restaurantes y pequeños negocios al borde del colapso. Expertos y autoridades locales coinciden en que estas acciones, lejos de mejorar la seguridad, están perjudicando gravemente a las comunidades.
