El ascenso al volcán Lanín en la Patagonia argentina se ha convertido en un desafío para muchos montañistas, pero los expertos advierten que esta actividad conlleva riesgos significativos si no se cuenta con la preparación y el asesoramiento adecuados.
El caso del chef Christian Petersen, quien se encuentra internado en terapia intensiva con pronóstico reservado tras presentar una falla multiorgánica durante el ascenso al Lanín, pone de manifiesto la importancia de seguir los protocolos de seguridad establecidos para este tipo de expediciones.
Según los especialistas consultados, para participar en actividades de alta montaña como esta, es fundamental contar con un control médico previo completo, que incluya exámenes clínicos, cardiológicos y pruebas de esfuerzo. Esto permite evaluar la aptitud física y la capacidad de tolerancia a la altura.
"Cualquier persona no puede intentar un ascenso a casi cuatro mil metros. Eso requiere que tenga un nivel de reserva cardiovascular entrenado suficiente, una capacidad respiratoria adecuada y una capacidad de oxigenación de los tejidos", explicó el doctor Jorge Franchella, deportólogo y cardiólogo.
Además, la aclimatación y la subida gradual son cruciales para prevenir el mal de altura, que puede derivar en complicaciones que ponen en peligro la vida. Los expertos recomiendan iniciar la preparación física con suficiente antelación, incorporando ascensos y descensos en la rutina.
El doctor Ramón Chiocconi, experto en medicina de montaña, recalcó la importancia de contar con experiencia previa en montañas de menor dificultad antes de intentar el ascenso al Lanín, que es considerada una travesía técnica.
"La principal consideración y recomendación es que se vaya con guía. Es alguien que conoce la montaña y lo va a saber asesorar de la manera adecuada, tanto del equipo como una correcta planificación, y los tiempos de ascenso", señaló Chiocconi.
Los expertos también destacan la relevancia de llevar un botiquín de primeros auxilios y estar atentos a cualquier signo de malestar, como dolor de cabeza persistente, mareos o fatiga desproporcionada, ya que en esos casos es fundamental frenar el ascenso y descender de forma inmediata.
En resumen, el ascenso al volcán Lanín representa un desafío que requiere una preparación integral, tanto física como médica, así como la asesoría de profesionales experimentados. Ignorar estos aspectos puede poner en riesgo la salud y la seguridad de los montañistas.










