La investigación por el asesinato de dos niñas de 13 y 14 años en Bogotá, Colombia, ha dado un nuevo giro. La principal sospechosa, la empresaria Zulma Guzmán Castro, ha sido hallada en Londres, donde fue rescatada de las aguas del río Támesis, según confirmó la Fiscalía General de Colombia.
Las víctimas, Emilia Forero e Inés de Bedout, fallecieron después de consumir unas frambuesas envenenadas con talio, un metal pesado y extremadamente tóxico. Una tercera niña y un hermano de Inés también probaron las frambuesas, pero lograron sobrevivir.
Tras una extensa investigación, las sospechas recayeron sobre Guzmán Castro, quien habría mantenido una relación extramatrimonial con el padre de Inés, Juan de Bedout. Según la Fiscalía, el crimen tendría una motivación personal, asociada a conflictos familiares.
Guzmán Castro, una economista egresada de la Universidad de Los Andes, se encontraba prófuga desde diciembre, cuando se emitió una orden de captura con circular roja de la Interpol. Ahora, la mujer se encuentra bajo vigilancia policial en una clínica de Londres, a la espera de ser deportada o extraditada a Colombia, donde enfrentará cargos por homicidio agravado y tentativa de homicidio.
Además, la investigación ha revelado que la madre de Inés, fallecida por cáncer en 2020, también habría sido envenenada con talio anteriormente. Esto abre nuevas líneas de investigación y pone de manifiesto la complejidad del caso.
La detención de Guzmán Castro es un importante avance en la búsqueda de justicia para las familias de las víctimas y para toda la sociedad colombiana, que se ha visto conmocionada por este terrible crimen.











