El gobierno de Estados Unidos ha dado a la empresa china ByteDance, propietaria de la popular aplicación TikTok, un plazo de 270 días para vender sus operaciones en el país a un inversor que no sea considerado un "adversario extranjero". De lo contrario, la red social podría enfrentar una prohibición total en territorio estadounidense.
La medida se enmarca en las crecientes tensiones entre Washington y Beijing por el control de la tecnología y la seguridad nacional. El expresidente Donald Trump, quien lideró una campaña para prohibir TikTok en Estados Unidos, ha sido uno de los más enérgicos críticos de la plataforma, alegando que representa una amenaza para la privacidad y los datos de los usuarios estadounidenses.
La orden ejecutiva firmada por el actual presidente Joe Biden da a ByteDance un plazo de nueve meses para encontrar un comprador aceptable para sus operaciones en EE.UU. La ley establece que el nuevo propietario no puede ser una "entidad controlada por, o sujeta a la jurisdicción de, un adversario extranjero", lo que excluye a China.
Esta no es la primera vez que TikTok enfrenta problemas en Estados Unidos. En 2020, el gobierno de Trump intentó prohibir la aplicación, argumentando que representaba un riesgo de seguridad nacional debido a sus vínculos con el Partido Comunista Chino. Sin embargo, esa medida fue bloqueada por los tribunales.
Ahora, la administración Biden parece estar tomando un camino similar, pero con un enfoque más estructurado y legal. La nueva orden ejecutiva da a ByteDance un plazo específico para encontrar un comprador aceptable, lo que podría obligar a la empresa a tomar una decisión difícil sobre el futuro de TikTok en el mercado estadounidense.
La batalla entre Estados Unidos y China por el control de la tecnología y la seguridad cibernética se ha intensificado en los últimos años. TikTok, con su enorme base de usuarios y su capacidad de recopilar datos, se ha convertido en un punto de fricción clave en esta disputa geopolítica.
La decisión del gobierno de Biden representa un nuevo capítulo en esta saga, y tendrá importantes implicaciones tanto para la industria tecnológica como para las relaciones entre las dos superpotencias. En los próximos meses, la comunidad empresarial y los expertos en política exterior estarán atentos a los próximos movimientos de ambas partes.
