Indecopi necesita autonomía constitucional para proteger la economía de mercado

La Constitución Política del Perú establece que cuando se trata de funciones de significativa relevancia para la sociedad, cuya administración y control requieren de un alto grado de autonomía y especialización, se debe crear un organismo estatal con autonomía máxima para encomendarle dichas funciones. Esto con el fin de mantenerlo alejado de los vaivenes del poder político de turno.

En el ámbito económico, tenemos tres ejemplos de este tipo de organismos constitucionales autónomos: el Banco Central de Reserva, la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP, y la Contraloría General de la República. Estas entidades cumplen funciones cruciales para garantizar la estabilidad monetaria, la supervisión del sistema financiero y el buen uso de los recursos públicos, respectivamente.

Sin embargo, en este mismo ámbito económico, nos falta un cuarto elemento con autonomía constitucional: el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi). Esta institución tiene la misión de garantizar el adecuado funcionamiento de nuestra economía social de mercado, eliminando barreras burocráticas injustificadas y protegiendo los derechos de los consumidores.

Actualmente, el Indecopi depende del Poder Ejecutivo, lo cual pone en riesgo su independencia y capacidad de acción. La autonomía constitucional le brindaría la flexibilidad presupuestal y la posibilidad de retener talento y contratar personal capaz, evitando también que su máxima autoridad sea designada por afinidad política con el gobierno de turno.

Un Indecopi autónomo, con un perfil similar al de Julio Velarde en el Banco Central, sería el guardián del mercado, protegiendo la libre competencia y los derechos de los consumidores. Para lograrlo, el Congreso de la República debe volver a votar el proyecto de ley que otorga esta autonomía constitucional, buscando alcanzar la votación calificada necesaria para evitar que la modificación vaya a referéndum junto con las elecciones presidenciales.

La autonomía del Indecopi es fundamental para asegurar el adecuado funcionamiento de nuestra economía social de mercado. Es hora de dar este paso y consolidar a esta institución como un organismo constitucional autónomo, alejado de los vaivenes políticos.