El gobierno de Bolivia anunció el miércoles (17.12.2025) que pondrá fin a los subsidios a los combustibles, cuyos precios se mantuvieron congelados durante los 20 años de administraciones de izquierda que lo precedieron.
"Con la publicación de este decreto, se anunciarán los nuevos precios de los hidrocarburos (...). La quita de subsidios mal diseñados del pasado no significa abandono. Significa orden, justicia, redistribución clara", dijo el presidente Rodrigo Paz en un mensaje televisado, flanqueado por sus ministros.
El mandatario también informó que se retirará al diésel de la lista de sustancias controladas por el gobierno, para facilitar la importación desde el sector privado.
"Los subsidios que se usaron para esconder el saqueo no volverán a condenar a Bolivia. La estabilización de los precios (...) permitirá generar recursos fiscales adicionales", agregó.
En Bolivia, el litro de diésel y gasolina se vende a un precio subvencionado que ronda los 0,53 dólares, que se mantuvo estable hace más de 20 años y que anualmente representa un costo al Estado de más de 2.000 millones de dólares.
La política de subvenciones drenó las reservas internacionales de dólares del país y disparó su peor crisis económica en cuatro décadas. El gobierno de Bolivia centraliza las importaciones de gasolina y diésel, que compra a precio internacional y revende a pérdida.
Según el gobierno, esto fomentó esquemas multimillonarios de corrupción y de contrabando.
Desde 2023 se reportan constantes períodos de desabastecimiento en las estaciones de servicio, donde se forman largas filas de vehículos que esperaban horas y a veces días por carburantes.
El fin de los subsidios a los combustibles es una medida polémica y políticamente arriesgada en Bolivia, donde los gobiernos de izquierda los mantuvieron durante décadas para proteger el poder adquisitivo de la población. Sin embargo, el presidente Paz argumenta que esta política generó distorsiones económicas y favoreció la corrupción.
Ahora, el gobierno boliviano espera que la eliminación de los subsidios le permita generar recursos fiscales adicionales que puedan destinarse a programas sociales y de desarrollo. No obstante, la medida enfrentará resistencia de sectores populares que se verán afectados por el aumento de los precios de los combustibles.











