La Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria (Cacia) anticipa que el 2026 será un año complejo para el sector, con un mercado lento, dificultades para cerrar ventas y consumidores que aparentan estar restringiendo sus presupuestos.
Según el informe de Cacia, el crecimiento interanual de 1,2% en esta actividad económica resulta modesto, especialmente si se compara con el 3,76% registrado el año anterior. Sin embargo, las exportaciones del sector mantienen una trayectoria positiva y crecen a un ritmo de 3,4%, al pasar de $2.663 millones en 2024 a $2.753 millones en 2025.
El desempeño del sector fue heterogéneo, con aumentos en los envíos de productos como frutas y hortalizas, lácteos y bebidas no alcohólicas. Por el contrario, otros segmentos como carnes y preparados de carne, así como panadería y molinería, mostraron caídas.
Juan Ignacio Pérez, presidente de Cacia, advirtió que factores internos están colocando al empresariado "al filo de la navaja". Uno de ellos es el tipo de cambio, ya que si bien la industria se beneficia al adquirir insumos en el exterior, recibe menos colones por cada dólar obtenido en sus exportaciones.
Pérez explicó que producir en Costa Rica es cada vez más caro, al igual que distribuir, debido al desorden y al congestionamiento vial en las carreteras. Estos costos internos, combinados con un tipo de cambio bajo, colocan a las empresas en una situación límite, donde pueden llegar a considerar irse a otros países.
El jerarca pidió dimensionar todo lo que implica para una empresa llegar a una decisión de ese tipo y advirtió que en otros países este escenario ya se ha materializado. A su juicio, el mayor riesgo es que Costa Rica esté perdiendo la oportunidad de consolidarse como el motor industrial y de capital humano de Centroamérica.
"El sector público es incapaz de tomar decisiones, para ningún lado, ni buenas ni malas. Entonces, estamos estancados", concluyó Pérez.
